CASO #29 Los descendientes. Sexo, muerte, hijos desmadrados y George Clooney

Los descendientes (Estados Unidos, 2012) sigue una corriente de cine que lleva desarrollándose desde hace unos cuantos años. Directores como Jason ReitmanTom McCarthyPaul Thomas Anderson o Wes Anderson. Por su realista mirada a la realidad y por su comedia un tanto ácida y desengañada estos directores han forjado una cara nueva del cine contemporáneo. Alexader Payne (de raíces griegas, aunque no tiene ninguna crisis creativa) es el director, guionista y productor de esta fantástica comedia-drama (si es que se la debe encasillar). Payne no se corta un pelo y deja al espectador bien sentado en la butaca desde el  comienzo de la película con la voz en of de Matt King (George Clooney): la escéptica visión del mundo de King: El sol brilla, los pájaros cantan... ¿y qué? Estoy en el hospital y estoy sano. El paraiso se puede ir a la mierda.

¿Qué le ha pasado al cine para que queramos los espectadores ir al cine a que nos desprecien de semejante manera? Solo vamos a disfrutar de una película, ¿no? Lo que pasa es que a Payne no le parece correcta nuestra actitud. ¡Catarsis! parece gritarnos la película. Tu mujer se está muriendo, tu hija pequeña tiene un pequeño déficit de información para saber como enfrentar su pubertad, la mayor (por cierto, grandísima interpretación de Shailene Woodley) odia a su madre y por si fuera poco tienes que atravesar el archipiélago de Hawaii para encontrar al recién descubierto amante que se ha echado tu mujer. No, la cosa no pinta nada bien. Si nos acercamos al argumento de Up in the air (2009, Diablo Cody forma el guión) la historia está contada desde el otro punto de vista de Matt: Ryan Bingham (nuevamente George Clooney) es un agente de despidos infatigable que en sus viajes conoce a diferentes mujeres con las que tiene sus nocturnas aventuras. Ambas películas, bajo un velo de comedia, esconden una dura crítica a la actual situación del matrimonio. Y lo mejor de todo es que no se quedan en la crítica sino que empujan al espectador a que tomen el ejemplo de los personajes y se enfrenten a sus problemas. Los protagonistas como hawaianos que son en muchas ocasiones van descalzos, de andar por casa (inolvidable la escena en la que vemos a Clooney correr por la carretera en camisa hawaiana y bermudas). Y Payne sabe aprovechar esta oportunidad para darnos a entender que la historia que estamos viendo es tan corriente y nos concierne por igual.


 A la pregunta en una entrevista en la revista Dirigido por de por qué decidió hacer Los descendientes Alexander Payne contextó: Matt se ve obligado a realizar un acto de amor, que es decirle al amante de su esposa que a ella le queda poco tiempo. Una respuesta interesante con temas como el amor entendido como sacrificio en donde el protagonista desde el primer momento tiene que recuperar a su familia y no dejarse llevar por la venganza por el engaño de su mujer. Su accidente es la ocasión perfecta para valorar realmente a su mujer y a sus hijas y dar la vuelta a su destartalada vida. Algo parecido ocurre en Up in the air.

La película no es fácil de ver en ocasiones por el verismo del retrato de la sociedad aunque Payne siempre deja espacio para la carcajada un tanto cínica pero muy necesaria porque no todo el la vida es sufrir y si se sufre la mejor manera de llevarlo me parece es como Matt: con ayuda de sus hijas, nunca dándole la espalda a las dificultades y con sentido del humor. En resumen, en la película hay lugar para el dolor pero también para el perdón.


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